Por este medio, les comentamos que el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) ha reafirmado la seguridad del dióxido de titanio (TiO2), conocido como INS 171, tras una evaluación exhaustiva en su reciente reunión.
El mantenimiento del estatus de “IDA no especificada” es un respaldo para el uso continuado del TiO2, de acuerdo con las buenas prácticas de fabricación en todas las categorías de alimentos descritas en la Tabla 3 de la Norma Mundial para los Aditivos Alimentarios (GSFA). Esto incluye su uso en complementos alimenticios (FC13.6).
La reafirmación de la seguridad del dióxido de titanio por parte del JECFA se basa en una amplia evaluación de los estudios toxicológicos, que abordan diversos aspectos de la seguridad, y en la consideración de nuevos datos. Estas conclusiones contrastan con las de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que afirmó que el dióxido de titanio ya no puede considerarse seguro como aditivo alimentario. En su dictamen de 2021, la EFSA fue incapaz de establecer un nivel de ingesta diaria segura para el aditivo alimentario, lo que llevó a la Comisión Europea a imponer una prohibición cautelar de su uso en todos los alimentos. La decisión europea tuvo eco en muchos países que optaron por imponer una prohibición de estos aditivos, con la excepción de algunos países como Australia y Nueva Zelanda, Canadá, Japón, Reino Unido, etc., cuyas conclusiones afirmaron la seguridad del aditivo, lo que les llevó a divergir de la perspectiva de la EFSA.
La divergencia de posturas entre la reafirmación de la seguridad del dióxido de titanio por parte del JECFA y la cautela expresada tanto por la EFSA como por la UE debería hacer que los países se alinearan con cautela con las opiniones y decisiones de la UE. Esto también pone en tela de juicio el enfoque de precaución adoptado por la UE en varias cuestiones que afectan a los suplementos