El sistema inmunitario es un conjunto de tejidos, células y reacciones químicas que defienden nuestro organismo de patógenos invasores, entre los que se encuentran los virus, las bacterias, las toxinas o los parásitos. Para llevar a cabo su cometido de forma correcta, nuestro sistema inmunológico necesita ciertos nutrientes. Proporcionárselos es fundamental para ser capaces de luchar contra todos esos organismos invasores.
Es necesario dejar claro, en cambio, que ningún suplemento es capaz de curar o prevenir las enfermedades por sí solo. No están aquí para esto, sino para asegurarnos de que nuestras defensas tienen todo lo que necesitan. Del mismo modo, y con la que se nos está cayendo encima con la crisis mundial del coronavirus, es necesario tener en cuenta que, a día de hoy, no se sabe si algún alimento en particular es especialmente beneficioso para el tratamiento del Covid-19. De lo que sí está segura la comunidad científica es de que un correcto funcionamiento de nuestras defensas es esencial para hacer frente a este patógeno que está poniendo en jaque la sociedad moderna tal y como la conocemos.
Vitamina D
Se trata de una grasa soluble en agua que es esencial para el sistema inmunitario. Como se explica en este estudio elaborado por investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla, de la Universidad de Sevilla, la vitamina D mejora la capacidad de lucha frente a los patógenos de los monocitos y de los macrófagos. Además, disminuye la inflamación de los tejidos, lo que mejora la rapidez de la respuesta del sistema inmune.
Por desgracia, se trata de uno de los nutrientes que más escasean en los organismos de la población general. De hecho, según el informe ENIDE, elaborado para el Ministerio de Sanidad y que se ocupa de evaluar la adecuación nutricional de los ciudadanos españoles, el 85,68% de la población española sufre insuficiencia de vitamina D. Esto es de vital importancia, porque, como se explica en este trabajo científico, la carencia de este micronutriente está asociada a una mayor prevalencia de infecciones en nuestro sistema respiratorio.
De hecho, otro estudio publicado en el año 2019 descubrió que, con un grupo de estudio comprendido por 11.321 personas, la suplementación alimentaria con vitamina D redujo significativamente la cantidad de infecciones respiratorias que la gente sufría.
Zinc
Se trata de un metal brillante de color plateado y es, además, uno de los más escasos en la corteza terrestre. A pesar de esto, es completamente necesario para los procesos químicos esenciales que tienen lugar en el interior de nuestro organismo. Como ejemplo de tal cosa, en el año 2017, el doctor H. Hemilä, de la Universidad de Helsinki, publicó un estudio en el que demostró que el consumo de entre 80 y 92 mg diarios de zinc podía reducir la duración del resfriado común hasta en un 33%.
Por otra parte, otro estudio de la Aachen University, en Alemania, determinó que los suplementos de zinc reducían el riesgo de sufrir infecciones y promovían la respuesta inmune en individuos de avanzada edad.
Vitamina C
Toda nuestra vida la hemos asociado con la prevención del resfriado. Esto ha estado en duda en varias ocasiones (el hecho de que sea capaz de prevenir enfermedades por sí sola). A pesar de esto, se trata del suplemento nutricional más consumido.
Su efectividad inmunitaria reside en el hecho de que es esencial para el funcionamiento de diversas células que tienen este cometido. Además (y curiosamente) es esencial para la muerte celular (natural y programada) que es fundamental para eliminar aquellas células demasiado viejas como para llevar a cabo su cometido y dejar su sitio a las más jóvenes que sí son capaces de defendernos de los invasores externos.
Selenio
Se trata de un mineral con importantes funciones en lo que a nuestro sistema inmune se refiere. De hecho, diversos estudios han probado que la suplementación con este nutriente mejora la respuesta antiviral de nuestro organismo frente al virus de la gripe.
Ajo
No es un micronutriente, sino uno de los alimentos más sanos (y deliciosos) que podremos llevarnos a la boca en nuestra vida. No es escasa la investigación científica que se ha llevado a cabo sobre los efectos para nuestra salud de esta planta. Gracias a ellos se ha demostrado que el ajo tiene importantes propiedades antivirales y antiinflamatorias.
En un trabajo científico publicado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, se demostró que mejora la salud inmune gracias a que estimula el funcionamiento de los macrófagos y de las células NK (‘natural killers’, también conocidas como células asesinas).
El grupo B
Aunque la cantidad de investigación sobre los efectos de este complejo vitamínico sobre la prevención y lucha antivírica es escasa, la B12 y la B6 son micronutrientes esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmune, como se explica en este estudio llevado a cabo por los investigadores Bingjun Qian, Shanqi Shen, Jianhua Zhang y Pu Jing, del Instituto Vocacional de Ciencias de la Salud de Yancheng, en China.
Fuente: El Confidencial