Un plan sin precedentes para una crisis sin precedentes.
El gobierno de Perú alista el mayor plan económico de América Latina hasta el momento para mitigar el impacto de la crisis del coronavirus.
Serán, de momento, más de US$25.000 millones, el equivalente a un 12% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Unas cifras muy superiores a las medidas de estímulo aprobadas ya por otros países de la región: Argentina, por ejemplo, prevé ayudas por US$5.700 millones y los subsidios directos y el financiamiento a empresas equivalen a un 1% de su PIB.
“El impacto económico de lo que está sucediendo no tiene precedentes y el plan económico que tenemos que aplicar es un plan sin precedentes”, dijo el domingo en televisión María Antonieta Alva, ministra de Economía y Finanzas de Perú, país que tomó pronto severas medidas de restricción de movimientos.
Al menos hasta el 12 de abril está en vigor un confinamiento obligatorio con toque de queda, además del cierre de fronteras y del espacio aéreo.
Perú registraba hasta el lunes 30 de marzo al menos 900 contagios y 24 personas fallecidas por el virus que ha provocado una pandemia mundial.
Porcentualmente equiparable al de Dinamarca
“En la etapa de contención estimamos que vamos a gastar, en una (primera) fase, 30.000 millones de soles (US$8.500 millones)”, anunció Alva el domingo.
Habrá una segunda fase, reveló el presidente del Banco Central (de Reserva), que consiste en un esquema de préstamos a las empresas con garantías valorado en la misma cantidad.
Y se prevé otra etapa de reactivación de otros US$8.500 millones, anunció la ministra.
“Tenemos que meter la mano al bolsillo del tesoro público para atender las necesidades de las familias vulnerables”, había dicho la pasada semana el presidente del país, Martín Vizcarra.
“Ha habido una reacción inmediata y grande en lo sanitario y en lo económico”, destaca en conversación con BBC Mundo Hugo Ñopo, investigador principal del centro de investigaciones GRADE.
Pero más allá de las medidas sanitarias ¿cómo es posible que Perú se pueda permitir un paquete de ayuda y estímulo que en términos de porcentaje de PIB es equiparable al de Dinamarca?
Una deuda pública de las más bajas del continente
“Tenemos la espalda fiscal para tomar medidas audaces”, dijo la ministra Alva, confiada en las finanzas de Perú.
Y es que el país minero cuenta con un buen colchón de ahorros después de tres décadas de disciplina fiscal y escaso endeudamiento, lo que que le concede también buenas líneas de crédito con organismos multilaterales.
“Las finanzas públicas del Perú son las más fuertes de América Latina”, asegura a BBC Mundo Jorge Chávez, expresidente del Banco Central de Reserva del Perú y ahora presidente ejecutivo de la consultora Maximixe.
Según la agencia Reuters, Perú tiene US$68.044 millones de reservas en el Banco Central y una deuda pública del 27% del PIB, una de las más bajas de América Latina.
Además cuenta con una baja inflación y su moneda, el sol, es una de las menos volátiles de la región.
“Nuestros ahorros y nuestros activos nos permiten enfrentar la crisis”, dijo Alva.
“No vamos a escatimar recursos en proteger la salud de los peruanos, en contener el coronavirus, y tampoco vamos a escatimar para garantizar la reactivación económica”, añadió.
“Para eso se acumulan reservas”
Los números parecen darle la razón a la joven ministra de Economía.
“Felizmente el país está bien posicionado en términos de reservas, de cifras macro, fiscales. Tenemos espacio para invertir lo que hemos ahorrado durante 30 años de disciplina macro y fiscal”, dice Ñopo.
“Es ahora cuando esa disciplina está dando sus frutos“, agrega el analista.
“Para eso se acumulan reservas: para que cuando haya una emergencia como esta, poder usarlas”, refuerza Chávez, el expresidente del Banco Central.
Ñopo destaca que el fantasma de la hiperinflación en 1990, que alcanzó más de un 7.000%, aún asusta a los peruanos.
Y ese temor ha sido clave para que gobierno tras gobierno haya mantenido una disciplina fiscal que es “rara en las economías de América Latina”.
“(A partir de 1990) Todos se dieron cuenta de que la estabilidad, el equilibrio fiscal, es algo inamovible, sagrado”, dice Chávez, que presidía el Banco Central durante el proceso de reestructuración y estabilización que comenzó en agosto de 1990.
A esa disciplina se sumó que Perú aprovechó la bonanza de la globalización económica de las últimas décadas y el alza continua del precio de las materias primas, su principal fuente de exportaciones.
“Ahora es momento de que el gobierno regrese a los ciudadanos el resultado de esa disciplina y perseverancia”, dice Ñopo a BBC Mundo.
Por todo ello, Perú también está en mejor disposición para salir menos magullada de la crisis económica del coronavirus que se cierne como una grave amenaza sobre la región.
“Somos los mejor preparados dentro de las limitaciones que tenemos”, afirma Ñopo.
Coincide con él Chávez.
“Ya se vio en coyunturas anteriores, como en la crisis financiera internacional de 2008: la economía peruana en 2009 creció cerca de un 1%; y en 2010, un 10%”, recuerda.
“(La economía peruana) Va a tener capacidad de reponerse rápidamente, aunque todo va a depender de cuánto demore la cuarentena, que es lo que más impacto negativo tiene”, añade.
A pesar del plan, el golpe del coronavirus se dejará sentir, porque Perú también tiene debilidades.
“Somos una economía altamente informal, las redes de protección todavía son precarias, tenemos variables estructurales en lo microeconómico que todavía son muy precarias”, dice Ñopo.
El avance en lo macro de las últimas tres décadas hizo que Perú pasara de ser un país pobre a uno de ingresos medios.
Pero ese progreso no se vio tan reflejado en una red de salud aún muy débil, de ahí que el gobierno tomara tan rápido medidas tan estrictas para evitar la tensión del sistema.
Además, la economía del Perú registra su peor momento en una década.
En 2019, creció un 2,2%, por debajo del 4% del año anterior debido, entre otros factores, a la caída en la industria pesquera y a la tensión comercial entre China y Estados Unidos.
Antes de la crisis del coronavirus, el gobierno estimaba un crecimiento del 4%, algo que no se podrá sostener ahora.
Dependiente de la exportación de materias primas, Perú se verá expuesto al retroceso económico de China, destino del 28% de las exportaciones del país y del 70% de sus ventas de cobre.
Ya en diciembre del año pasado, el presidente Vizcarra había reconocido que no cumpliría el objetivo de rebajar su déficit fiscal al 1% del PIB para 2021 y aplazó la meta hasta 2024.
Pese a todo, cifras robustas para encarar este momento.
“Nuestras fortalezas macro son un buen escudo contra el coronavirus”, cierra Ñopo.