Dicen por ahí —con un toque nostálgico y un poquito de espuma de karate en el alma— que Karate Kid: Legends no se aleja demasiado del molde original, pero esa mezcla de nostalgia, encanto y espíritu de “underdog” que se repite una y otra vez en la franquicia sigue pegando fuerte. Como si recibieras un golpe de sabiduría que conecta generaciones y, al mismo tiempo, te recuerda que una buena defensa no puede ser solo estilo: necesita sustancia.
Esa idea de “golpear primero, pero con la guardia siempre firme” está justo en el corazón de los suplementos antioxidantes. Imagina que estás en el tatami o en la pista: tu cuerpo es ese dojo personal donde cada entrenamiento —y cada esfuerzo— genera microdaños y radicales libres. Si no estás preparado, la oxidación te envejece antes de tu tiempo; pero si tienes aliados como la astaxantina, polifenoles y vitamina E, puedes golpear duro… y mantenerte fuerte.
Este artículo va de eso: estudios que muestran cómo antioxidantes bien elegidos (no como medicamentos, sino como apoyo nutritivo) pueden ser tus aliados para rendir mejor, recuperarte más rápido y postergar ese desgaste prematuro. Así que vamos a entrenar con datos duros, sin perder el flow: ¡que ni el Sensei Miyagi te pare el punch!
¿Qué son los antioxidantes y cómo actúan en el rendimiento?
Para muchos, la palabra “antioxidante” suena como un hechizo de marketing en etiquetas verdes. Pero en realidad hablamos de algo muy concreto: moléculas capaces de neutralizar los radicales libres, esos compuestos que tu cuerpo produce cuando entrenas fuerte, respiras más oxígeno y literalmente “quemas energía”. El problema no es que existan —los radicales libres forman parte normal del metabolismo—, sino que, cuando se acumulan en exceso, generan estrés oxidativo: una especie de “óxido” interno que acelera la fatiga, retrasa la recuperación y, con el tiempo, desgasta células y tejidos. Es como dejar tu bicicleta bajo la lluvia: el metal resiste, pero sin cuidado, el óxido se instala.
Aquí es donde entran los antioxidantes, tanto de la dieta como de los suplementos. Vitaminas como la C y E, carotenoides como la astaxantina, o polifenoles del cacao, arándano y té verde, actúan como “guardianes” que mantienen el equilibrio entre oxidación y defensa. La evidencia lo confirma con ejemplos muy distintos: en ciclistas entrenados, la suplementación con astaxantina (20 mg diarios durante seis semanas) prolongó el tiempo hasta la fatiga en más de 13 minutos y mejoró la capacidad antioxidante en sangre de forma significativa. En otro ensayo, consumir chocolate negro rico en polifenoles durante cinco días permitió completar una contrarreloj de 20 km en 17 segundos menos, junto con un aumento de la capacidad antioxidante plasmática. Incluso con algo tan cotidiano como las almendras —57 g diarios durante diez semanas en corredores recreativos— se observó menos fatiga, mejor recuperación y mayores niveles de antioxidantes, frente a un snack isocalórico.
Si eso puede lograrse con alimentos funcionales de todos los días, la pregunta que surge es inevitable: ¿qué ocurre cuando analizamos suplementos específicos como la vitamina E o el resveratrol, protagonistas de decenas de estudios en deportistas?
Resveratrol y vitamina E: clásicos en el dojo de la ciencia
Más que rivales de dojo, la vitamina C y la E son como Daniel San y Johnny Lawrence en las últimas temporadas de Cobra Kai: distintos estilos, pero cuando se juntan, pueden defender mejor al cuerpo del estrés oxidativo. Y esa sinergia es justo lo que ha motivado tantos estudios en el terreno deportivo.
Si afinamos la metáfora, la vitamina E se parece más al estilo de Miyagi-Do: defensa paciente, estabilidad, cuidado a largo plazo. La vitamina C, en cambio, tiene algo de Cobra Kai: rápida, directa, lista para neutralizar radicales libres apenas aparecen. Dos estilos distintos, pero complementarios, que cuando se encuentran mantienen el balance del dojo interno del cuerpo. La ciencia lo confirma. En un ensayo con 64 hombres entrenados en resistencia, tomar vitamina C (1000 mg/día) junto con vitamina E (235 mg/día) durante ocho semanas no produjo mejoras en VO₂max ni en la potencia máxima alcanzada. Sin embargo, los niveles de IL-6 y creatina quinasa (CK) tras el ejercicio fueron significativamente menores, lo que significa menos inflamación y menos daño muscular. Dicho de otra forma: estas vitaminas no te hacen correr más rápido, pero sí ayudan a que la recuperación sea más limpia y que el cuerpo esté listo para el siguiente round. El resveratrol, por su parte, llegó con la fama de ser el “antioxidante de la longevidad”. En el tatami del deporte, sin embargo, sus resultados son más discretos. En un estudio con atletas que realizaron ciclismo de alta intensidad, una dosis de 480 mg diarios durante cuatro días no logró prolongar el tiempo hasta el agotamiento. Lo que sí consiguió fue reducir de manera significativa la liberación de IL-6 durante el ejercicio, mostrando que este compuesto puede suavizar la inflamación aguda, aunque no necesariamente se traduzca en más resistencia sobre la bici.
Así, tanto la combinación de vitamina C y E como el resveratrol nos recuerdan que los antioxidantes no siempre brillan en la tabla de récords, pero sí en lo que ocurre después: cómo se recupera el cuerpo, cuánto tarda en calmar la inflamación y cómo se prepara para el próximo combate. Y es precisamente en ese espacio donde otros compuestos —como la astaxantina, el cacao o la cereza ácida— empiezan a tomar protagonismo.
Astaxantina, polifenoles y frutas funcionales: el arsenal del campeón
Si las vitaminas C y E son los veteranos del dojo, los carotenoides y polifenoles son como esos alumnos que llegan con técnicas nuevas y sorprenden en el tatami. Y lo cierto es que en la última década han dado algunos de los resultados más llamativos en la ciencia del deporte.
La astaxantina, un carotenoide rojizo presente en algas y en el salmón, se ha ganado un lugar especial. En ciclistas suplementados con 20 mg diarios durante seis semanas, el tiempo hasta la fatiga aumentó en más de 13 minutos y los niveles de antioxidantes en sangre subieron de forma significativa. Otro ensayo con 12 mg diarios durante 12 semanas mostró un incremento del 8% en VO₂max y una mejora clara en la defensa antioxidante. Recordemos que el VO₂max es como la “capacidad pulmonar del motor humano”: mide cuánta gasolina (oxígeno) puedes llevar a los músculos cuando entrenas a tope. Un motor con más cilindrada rinde más kilómetros sin ahogarse; en el cuerpo, un VO₂max más alto significa más resistencia, más aguante y la posibilidad de sostener la intensidad sin “quedarse sin aire”. Los polifenoles tampoco se quedan atrás. En un ensayo con ciclistas, consumir chocolate negro rico en cacao durante cinco días permitió completar una contrarreloj de 20 km en 17 segundos menos, junto con un aumento de la capacidad antioxidante plasmática. El extracto de arándanos (375 mg/día durante cuatro semanas) redujo significativamente el estrés oxidativo y la inflamación en 90 ciclistas, aunque no impactó de forma directa en el tiempo hasta la fatiga. Y en un blend de extractos de uva, arándano y té verde, se observó un 7% más de resistencia y menores niveles de IL-6 tras seis semanas de uso.
Los alimentos funcionales también tienen mucho que aportar. Las almendras (57 g diarios durante diez semanas) ayudaron a corredores recreativos a reducir la fatiga y mejorar su recuperación antioxidante frente a un snack isocalórico. Y el jugo de cereza ácida (480 mL diarios durante cuatro semanas) redujo significativamente el dolor muscular de aparición tardía (DOMS), además de bajar los niveles de IL-6 y proteína C reactiva (p<0.01), acelerando la recuperación de fuerza tras sesiones intensas.
Estos resultados nos dicen algo claro: los antioxidantes, más allá de los clásicos, pueden convertirse en aliados estratégicos para el atleta recreativo y competitivo. Algunos no prometen récords inmediatos, pero sí recuperaciones más rápidas, menos inflamación y mayor capacidad para sostener el esfuerzo día tras día. Y esto abre la puerta a una reflexión importante: ¿cómo debemos entender a los suplementos en este contexto, como herramientas nutricionales o como fármacos?
Suplementos: herramientas nutricionales, no fármacos
En la cultura deportiva es común imaginar que un suplemento funciona como una píldora mágica: lo tomas y, de inmediato, corres más rápido o levantas más peso. Pero no es así. Los suplementos juegan en otra categoría: no curan, no tratan, no previenen enfermedades. Su lugar está más cerca de la mesa que del botiquín.
Podemos verlos como sparrings del cuerpo: no ganan el combate por ti, pero te permiten entrenar mejor, con menos desgaste acumulado y más preparación para el siguiente round. Y eso es exactamente lo que muestran los estudios: aunque muchos no reportan mejoras espectaculares en VO₂max o potencia máxima, sí coinciden en algo clave —menos inflamación, menos dolor muscular y una recuperación más eficiente. Ahora bien, igual que en el entrenamiento, los problemas no vienen de practicar, sino de hacerlo sin medida. Con los suplementos pasa lo mismo: el riesgo no está en la molécula, sino en consumir sin necesidad o sin balance. Igual que entrenar siete días seguidos sin descanso puede terminar en lesión, abusar de antioxidantes puede entorpecer las adaptaciones naturales del cuerpo. Como decía el Sr. Miyagi: “La lección no es solo de karate, es para toda la vida: toda la vida necesita balance.” Y en nutrición, ese equilibrio también es la clave.
Por eso, desde la visión de ALANUR, los suplementos deben entenderse como herramientas nutricionales para personas sanas. No sustituyen los alimentos ni convierten a nadie en campeón de la noche a la mañana, pero sí pueden marcar la diferencia en constancia, recuperación y bienestar cuando se eligen con criterio.
Y justo aquí surge la duda práctica que muchos se hacen: ¿realmente necesito la guía de un profesional para usarlos bien, o basta con informarme y experimentar por mi cuenta?
¿Necesito un profesional para suplementarme?
Una de las dudas más comunes es si tomar suplementos sin asesoría puede ser riesgoso. En población sana y con productos de calidad, los suplementos son seguros; la diferencia real está en la eficacia: con la orientación adecuada, el impacto suele ser mayor, más rápido y mejor adaptado a lo que cada persona necesita. ¿Y qué pasa si no tengo un Mr. Miyagi o un sensei como Daniel LaRusso o Johnny Lawrence para guiarme? En el terreno de la nutrición, esos “senseis” no son entrenadores de gimnasio, sino profesionales de la salud con formación en nutrición y medicina. Ellos son quienes pueden ayudar a traducir la evidencia científica en decisiones prácticas: cuánto, cuándo y para quién un suplemento puede marcar la diferencia. La evidencia lo ilustra bien. Con la vitamina D, por ejemplo, ciertos polimorfismos genéticos hacen que las dosis habituales no sean igual de efectivas; ahí un profesional sabe cómo ajustar sin necesidad de excederse. Con los antioxidantes pasa algo parecido: no es que sin guía sean dañinos, pero con asesoría especializada se convierten en herramientas más precisas y personalizadas.
En pocas palabras: no necesitas un sensei para empezar, pero contar con uno acelera tu progreso y evita errores innecesarios. Y cuando hablamos de suplementos, ese “sensei” ideal es un profesional de la salud, no un instructor de pesas.
Tu nutrición, tan fuerte como tu espíritu de campeón
En Karate Kid, los combates nunca fueron solo sobre patadas y puños, sino sobre resiliencia, constancia y, sobre todo, equilibrio. Lo mismo pasa con la nutrición: no se trata de buscar atajos mágicos, sino de elegir las herramientas correctas para entrenar más, recuperarte mejor y mantenerte firme frente al desgaste del día a día. Los antioxidantes, desde los más clásicos como la vitamina E hasta los emergentes como la astaxantina o la cereza ácida, nos muestran que no hablamos de pócimas secretas, sino de estrategias nutricionales respaldadas por ciencia. Usados con inteligencia, pueden marcar la diferencia entre entrenar para resistir y entrenar para evolucionar.
En ALANUR creemos que cada persona tiene derecho a información clara, confiable y basada en evidencia, para tomar decisiones informadas sobre su bienestar. Por eso seguiremos compartiendo contenidos que acerquen la ciencia de los suplementos al día a día, sin exageraciones y con la misma filosofía de siempre: suplementos como herramientas nutricionales para personas sanas.
Así que, la próxima vez que salgas a entrenar, recuerda al Sr. Miyagi: “El equilibrio es la clave de todo.” Porque tan importante como tu fuerza es la manera en que cuidas tu recuperación. Y ahí es donde la nutrición personalizada puede ser tu mejor aliada.
En el blog de ALANUR encontrarás más artículos que exploran estos temas con profundidad, siempre con rigor científico y un lenguaje cercano.
Si quieres saber más sobre los artículos y estudios consultados para la redacción de este artículo, revisa las referencias que compartimos a continuación.
- Barry, E. L., Peacock, J. L., Rees, J. R., Bostick, R. M., Robertson, D. J., Bresalier, R. S., & Baron, J. A. (2017). Vitamin D Receptor Genotype, Vitamin D3 Supplementation, and Risk of Colorectal Adenomas: A Randomized Clinical Trial. JAMA oncology, 3(5), 628–635. https://doi.org/10.1001/jamaoncol.2016.5917
- Suez, J., Cohen, Y., Valdés-Mas, R., Mor, U., Dori-Bachash, M., Federici, S., Zmora, N., Leshem, A., Heinemann, M., Linevsky, R., Zur, M., Ben-Zeev Brik, R., Bukimer, A., Eliyahu-Miller, S., Metz, A., Fischbein, R., Sharov, O., Malitsky, S., Itkin, M., Stettner, N., … Elinav, E. (2022). Personalized microbiome-driven effects of non-nutritive sweeteners on human glucose tolerance. Cell, 185(18), 3307–3328.e19. https://doi.org/10.1016/j.cell.2022.07.016
- Martínez-Ferrán, M., Cuadrado-Peñafiel, V., Sánchez-Andreo, J. M., Villar-Lucas, M., Castellanos-Montealegre, M., Rubio-Martín, A., Romero-Morales, C., Casla-Barrio, S., & Pareja-Galeano, H. (2022). Effects of Acute Vitamin C plus Vitamin E Supplementation on Exercise-Induced Muscle Damage in Runners: A Double-Blind Randomized Controlled Trial. Nutrients, 14(21), 4635. https://doi.org/10.3390/nu14214635
- Nieman, D. C., Gillitt, N. D., Knab, A. M., Shanely, R. A., Pappan, K. L., Jin, F., & Lila, M. A. (2013). Influence of a polyphenol-enriched protein powder on exercise-induced inflammation and oxidative stress in athletes: a randomized trial using a metabolomics approach. PloS one, 8(8), e72215. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0072215
- d'Unienville, N. M. A., Coates, A. M., Hill, A. M., Nelson, M. J., Croft, K., Yandell, C., & Buckley, J. D. (2025). Polyphenol-Rich Snack Consumption during Endurance Exercise Training Improves Nitric Oxide Bioavailability but does not Improve Exercise Performance in Male Cyclists: A Randomised Controlled Trial. Current developments in nutrition, 9(5), 106006. https://doi.org/10.1016/j.cdnut.2025.106006
- Cases, J., Romain, C., Marín-Pagán, C., Chung, L. H., Rubio-Pérez, J. M., Laurent, C., Gaillet, S., Prost-Camus, E., Prost, M., & Alcaraz, P. E. (2017). Supplementation with a Polyphenol-Rich Extract, PerfLoad®, Improves Physical Performance during High-Intensity Exercise: A Randomized, Double Blind, Crossover Trial. Nutrients, 9(4), 421. https://doi.org/10.3390/nu9040421
- Yi, M., Fu, J., Zhou, L., Gao, H., Fan, C., Shao, J., Xu, B., Wang, Q., Li, J., Huang, G., Lapsley, K., Blumberg, J. B., & Chen, C. Y. (2014). The effect of almond consumption on elements of endurance exercise performance in trained athletes. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 11, 18. https://doi.org/10.1186/1550-2783-11-18
- Patel, R. K., Brouner, J., & Spendiff, O. (2015). Dark chocolate supplementation reduces the oxygen cost of moderate intensity cycling. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 12, 47. https://doi.org/10.1186/s12970-015-0106-7
- Jówko, E., Długołęcka, B., Makaruk, B., & Cieśliński, I. (2015). The effect of green tea extract supplementation on exercise-induced oxidative stress parameters in male sprinters. European journal of nutrition, 54(5), 783–791. https://doi.org/10.1007/s00394-014-0757-1
- Tsao, J. P., Liu, C. C., Wang, H. F., Bernard, J. R., Huang, C. C., & Cheng, I. S. (2021). Oral Resveratrol supplementation attenuates exercise-induced Interleukin-6 but not Oxidative Stress after a high intensity cycling challenge in adults. International journal of medical sciences, 18(10), 2137–2145. https://doi.org/10.7150/ijms.55633
- Scribbans, T. D., Ma, J. K., Edgett, B. A., Vorobej, K. A., Mitchell, A. S., Zelt, J. G., Simpson, C. A., Quadrilatero, J., & Gurd, B. J. (2014). Resveratrol supplementation does not augment performance adaptations or fibre-type-specific responses to high-intensity interval training in humans. Applied physiology, nutrition, and metabolism = Physiologie appliquee, nutrition et metabolisme, 39(11), 1305–1313. https://doi.org/10.1139/apnm-2014-0070
- Tsao, JP., Wu, PY., Kuo, HT. et al. Effect of astaxanthin supplementation on cycling performance, muscle damage biomarkers and oxidative stress in young adults: a randomized controlled trial. BMC Sports Sci Med Rehabil 17, 180 (2025). https://doi.org/10.1186/s13102-025-01221-3
- Baralic, I., Andjelkovic, M., Djordjevic, B., Dikic, N., Radivojevic, N., Suzin-Zivkovic, V., Radojevic-Skodric, S., & Pejic, S. (2015). Effect of Astaxanthin Supplementation on Salivary IgA, Oxidative Stress, and Inflammation in Young Soccer Players. Evidence-based complementary and alternative medicine : eCAM, 2015, 783761. https://doi.org/10.1155/2015/783761
- Levers, K., Dalton, R., Galvan, E. et al. Effects of powdered Montmorency tart cherry supplementation on acute endurance exercise performance in aerobically trained individuals. J Int Soc Sports Nutr 13, 22 (2016). https://doi.org/10.1186/s12970-016-0133-z